ABANDERADO: EL AMARGO QUE SE LEVANTA COMO UNA BANDERA NUEVA

A las 9:30 de la mañana Rosario es otra. El frío todavía tiene la decencia de parecer elegante. La esquina vidriada de Lab de Juju (Santiago 601), bañada por una luz oblicua, filtra el invierno como un set de cine.

Sobre la barra de mármol, las tazas de cerámica mate esperan alineadas. El café gotea lento en un ritual minimalista. En ese silencio, el primer gesto de ruptura es la aparición de Abanderado, el nuevo amargo argentino.

Su botella es un objeto de museo, líneas rectas y ángulos discretos. Un color pálido, con la firma azul al frente, que recuerda a un cuaderno Rivadavia todavía intacto. Esa tipografía manuscrita, tan argentina, tan escolar. No hay dudas, esto viene de acá.

Abanderado es un licor de hierbas aromáticas. Un juego de amargor adulto, elegante, que conversa mejor con el café. La comparación automática sería con los amaro italianos, pero es injusta. El clima, la tierra, la cultura de Rosario moldean otra cosa.

El evento es bautizado como Acto #1: café y amargo. Sin DJ y sin influencers haciendo contenido forzado. Solo el rayo de sol filtrándose entre los árboles y las tazas que se llenan.

Hay algo casi político en este gesto. En una época donde todo tiene que ser branding, Abanderado planta la bandera de la simpleza. Con la sobriedad estética de una nueva camada de diseñadores que entendieron que la identidad argentina puede construirse desde el detalle sutil y no desde el estereotipo saturado.

Abanderado se permite el susurro. Y ese susurro se vuelve un eco largo que resuena después del primer trago. Se van despertando los sentidos. Del sabor del cielo. Del color del mar. Del margen que vuelve a inventarse a sí mismo.

¿Dónde tomarlo? 

Lab de Juju Santiago 601 – juev. a dom. de 8:30 a 12:30

Fondo Cocina Pasco 1547 – miérc. a sáb. de 19:30 a 1 a.m.

Churrasquería Catamarca – lun. a dom. de 12 a 3 p. m. y de 7:30 p. m. a 12 a. m.