En LA MALTERÍA (Pellegrini 1280) aseguran que ellos lo hacen con la receta y los trucos que inventó su creador, Rubén Ramírez del viejo bar Cachito de Maipú y Pellegrini en los años 60.

Para los que no son rosarinos, el Carlito es un sándwich de pan de miga tostado relleno con jamón y queso y ketchup. Su invención es discutida: los japoneses que tenían bares en la ciudad, como Saigo o Café Japón, también se lo atribuyen. Punto a favor: el ketchup es de origen asiático.

Según Ramírez, le puso a Carlito porque así le iba a poner de nombre a su hijo. La Maltería lo citó hace unos años para homenajearlo, y él les pidió un Carlito. Cuando lo recibió en la mesa, les dijo que estaba mal y pidió que lo rehagan con la receta original.

El inventor del Carlito les dijo que sigan este orden: Pan / Manteca / Queso / Ketchup / Jamón / Ketchup / Queso / Manteca / Pan. Lo probó y le dio el visto bueno. Desde entonces lo preparan así, fiel a la receta original.

Este truco evita que el ketchup tome contacto con el pan, lo humedezca y le de un sabor más agrio. A su vez, la manteca contra el pan le genera una capa grasa aislante. Al refrigerarlo, para dejarlo preparado para tostar, se aguanta.

Es un producto más costoso, porque lleva 8 fetas de queso en vez de 4, pero la diferencia de sabor es abismal. Cuando se empieza a enfriar, no se pone gomoso. Truco: para comprobar la calidad del queso barra cuando te lo traen, presta atención a si se hacen hilos.

Además de la receta original, preparan otro tipo de Carlito como el de salchicha, el especial o el de pollo. Podés mirar en sus redes:
instagram.com/malteriaavenida
