En la Asociación Familia Abruzzesa (Santiago 1332) funciona un restaurante tradicional que hace una de las mejores lasañas de Rosario. Buscalos en Instagram como @trattoriaabruzzesa

Es un lugar que desde afuera no dice mucho. Los conocedores saben que adentro hay una cantina en la que se saborean muy buenas pastas con esa impronta bien tana, ya que en la cocina todavía conservan las recetas de los fundadores.

En verano, en la entrada hay un patio cervecero. Y atrás está el restaurante, bien amplio y donde los fines de semana hay cena show (hay menú o a la carta), música bailable y todo tipo de eventos de 21 a 3.

El lugar también es conocido por la pasta libre, un evento que se hace un par de veces por meses y que deja consumir hasta que te canses los 13 tipos de pasta. Antes tenía días fijos, pero en la pandemia sumaron la entrega por el que venden mucho y ahora es esporádico.

En el inmueble funciona también el centro cultural, por lo que está lleno de símbolos y ornamentos de esa región de Italia. Abruzzo está en el centro, al este de Roma. La colectividad en Rosario es una de las más grandes de las extranjeras.

La historia de la Abruzzesa está ligada a la familia Angeli, los dueños de Transatlántica. La colectividad también fundó el colegio Edmondo de Amicis, que queda enfrente. Fue creciendo y comprando terrenos y hoy tiene una rica vida cultural: enseñan italiano, dan clases de danzas y funciona el jardín de la escuela.

En los 80 era una cantina cerrada a la colectividad, que después se abrió al público. La clientela de la cantina solía ser de gente más grande, pero ahora de a poco se está renovando. Pedidos Ya, las redes sociales y el boca en boca ayudaron.

En la carta hay pizza, pizzanezas, calzones, tablas, entradas típicas, bondiola agridulce con puré de rúcula, lomo al verdeo con papas cuña, y polo maiella con pimientos y ajos enteros en reducción de vino blanco. También vinos, tragos y aperitivos.

Llegamos muertos de hambre porque veníamos del gimnasio (hay que compensar) y atacamos la cortesía que era una crema con especias caprese y una panera riquísima, con un muy buen pan (vital para comer pasta) y tostadas con especias.

Entrada: empanada de carne y caprese. Ambas excelentes. La de carne medio dulce, sin pasa de uva, frita. La caprese hojaldrada, con aceitunas negras. Bien caseras. Es uno de los productos que más salen por entrega.



Además, para probar algo más típico, comemos unos pimientos asados en escabeche de ajo sobre tostadas estilo bruschetta. Bastante tradicional, bien hecho, MUY ajoso.

De principal yo me pedí la LASAGNA con filetto. Rellena con tres quesos, jamón y un montón de carne picada. Es el fuerte del lugar. No te podés morir sin haberla probado. La porción es suculenta, te deja de cama. Realmente gloriosa.

Mi novia eligió los ravioles de ricota y puerro con salsa mixta. Una masa espectacular, nada pesado. Parecen hechos por una abuela. Relleno con buena materia prima.

NOTA: La pasta se hace toda a mano. Compraron una máquina pero no la usan, porque esa producción más industrial requiere ciertos cambios en los ingredientes que distorsionan el producto. Por ejemplo: menor humedad, por lo que los ñoquis se deben hacer con papa en escamas. Un crimen en un lugar que vende tradición.

El postre: panna cotta con frutos rojos. Receta muy propia de Italia (Piamonte), es una especie de flan pero no lleva huevo, sino crema, azúcar y gelificante. Tiene una textura inolvidable. Muy recomendado. También hacen el típico tiramisú.
Conclusión: otro lugar donde comer muy buena pasta en Rosario, hecha con amor, con porciones abundantes, en un ambiente muy típico, familiar, con buena atención.
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