Fuimos a conocer Sardo (Alvear 43). Un lugar muy bien puesto. El concepto es tomar sptritz de autor y comer platitos gourmet para tapear. La ambientación está muy cuidada. La estética es una fusión entre retro 80, y art decó, pero modernizada.


Un detalle que me gustó mucho es la iluminación tenue con lámparas LED en las mesas, que te dejan regular la intensidad. El lugar es espacioso, las mesas están bien separadas. Es muy abierto y con vidrio. Mi novia dice que le hizo acordar a algunos lugares en Roma.

La música esta seleccionada cuidadosamente y estaba a un volumen agradable, que permite charlar. Sonaba a Velvet Lounge, un género qué se usa mucho en hoteles y restos. En Spotify hay varias playlist.
La bebida. Los sptritz son riquísimos y están muy bien armados, con delicadeza, algunos terminados con flores. Hay mezclas muy buenas de aperol, bianco, campari y gin con espumantes, sidra, vermus e ingredientes de autor como tinturas o sodas de jengibre e hibiscus.

La comida. Advertencia para los fanáticos de comer hasta reventar: las porciones no son super grandes, es para tapear. La carta me encantó y está todo muy cuidado, con muy buenos ingredientes, cosas que jamás cocinarías en tu casa.

Hay muchas opciones veggie. Pedimos buñuelos de Kale, un coliflor al horno con chili dulce y una salsa asiática, hummus de zanahoria con garbanzos crocantes y cabutia con babaganoush y alfalfa. Todo estaba bárbaro. Con esos cuatro platos comimos dos personas.

Párrafo aparte para la atención, realmente destacada. Muy atenta la moza para traer las bebidas bastante rápido, la demora de la comida era normal para un viernes a la noche. Hace la diferencia de la experiencia gastronómica cuando hay personal calificado.

Lo único malo: había una mesa de 12 chicas festejando un cumpleaños que se la pasaron gritando y a las risotadas y rompían la atmósfera del lugar. A mi entender en un local de este estilo no deberían permitirse mesas grandes.

Una gran propuesta. Eso sí: no esperen una carta barata. Pero a mi entender, lo vale. En síntesis, algo distinto a todo lo que hay en Rosario. Bienvenida la gastronomía de nicho. Muy bien 10.

Bonus track: de postre comimos una pavlova, merengue coronado con frutas, con una crema pastelera de coco que nunca había probado y me pareció un delirio de rico.
