Trainera
Muchas veces me lo han recomendado y nunca había ido. Es una taberna vasca en el barrio Agote, cerca del bar El Rosarino. Hay mucho picoteo, y todos sabemos que cuando se trata de tapas, el vermut (y la sidra) son insoslayables.

Trainera es obra de la chef Itziar Aguirre, que estuvo muchos años al frente del Zazpirak Bat, el restaurante del Centro Vasco, hasta que decidió lanzarse con un negocio propio en esta zona que para mi tiene potencial de ser otro polito gastro rosarino.

Un dato apenas entrás. Es un lugar chiquito y cálido. Casi todo es barra y la cocina está conectada por una ventana así que todo queda a la vista. Para comer acodado y charlando, o mirando alrededor.

Tiene mesas afuera porque es un jueves húmedo de mayo que parece de verano. La lluvia me acobarda y prefiero la calidez del salón. Llego temprano. Estoy solo. Miro la carta: todo me tienta.

Me pone contento ver que acá también sirven Pichincha y me pido un vaso. Sigo anotando los bares de Rosario que lo tienen en la carta, armando el mapa que me permite saber qué lugares son los que saben de calidad.

Hay algo acogedor y nostálgico en los afiches en euzkera en las paredes. Algo que habla de migrar, del desarraigo y de adoptar una nueva patria lejos de la propia. La música de la colectividad vasca acompaña.

El vermut lo traen como se debe. El vaso casi lleno y el sifón para asustarlo. Rodaja de naranja. La cucharita larga para revolverlo.

Empieza a llegar gente. Hay padres, abuelos, nietos. Vecinos. Gente que es habitue. El personal atiende muy amablemente, explica los platos, como si conociera a todos. Se respira un aire de cercania.

Pido algo para comer. Tortilla de papas con cebolla y chistorra. Perfectamente condimentada. Ultra babe (te avisan y te preguntan si la querés en otro punto). La chistorra le aporta un sabor ahumado a pimentón y salado que contrasta perfecto.


Complemento con unas croquetas negras de txipirones con salsa vizcaina. Salsa de tomate con vegetales cocidos a baja temperatura. Esto estaba increíble. Gran combinación de textura frita, sabor a mar, la tinta, la salsa cremosa aportando algo umami.

La cocina labura rápido. Todo sale al toque. Es el sabor de ir a comer a un stand de Colectividades pero cómodo, como se debe. Con cubiertos, vajilla, sentado en un lugar lindo.




El vermut ya fue historia hace rato. Los platos están vacíos. Me sirvo el último vaso del sifón que ya se va extinguiendo.

Son más de las 8 y media de la noche y todavía no llueve. Quizás zafo si me voy caminando hasta Echesortu. Me pongo Kortatu en los auriculares y me voy escuchando a otros vascos por las calles de mi ciudad con la panza llena y el corazón tibio por el vermut.

Cómo llegar (Constitución 306) – Link a Google Maps
www.instagram.com/traineracocinavasca
texto por Nicolás Maggi
diseño y fotografía por Yemina Paz Menis