Post pandemia varios chefs abrieron propuestas en sus propias casas con una experiencia distinta: alta cocina, intimidad y atención personalizada. Comida gourmet, exclusividad y necesidad de desconectarse.


No se muestran a la calle ni hacen publicidad. Solo funcionan por el boca en boca y las redes. Solo se accede con reserva por Instagram o Whatsapp, con poca capacidad y en lugares privados. La sorpresa y el secreto cumplen un rol crucial. La dirección se revela el último día.


Los menúes son de varios pasos, entre 5 y 8 entre aperitivos, snacks, salados, postres y café de especialidad. El precio es fijo y a veces incluye bebida. Dura unas tres o cuatro horas. Es para gente que busque comer bien, sin apuro, y pasar un buen rato.


Los mismos dueños cocinan, atienden y pasan por las mesas a conversar y contar cuál es la propuesta. La mayoría tiene años de experiencia trabajando en el rubro formal, y decidió independizarse. No se rotan mesas, y hay un solo turno, por lo que no hay personas esperando.


¿Precios? No son bajos, pero hay amplitud para distintos bolsillos. Los menúes no se repiten, y ahí radica la diferencia con los restaurantes tradicionales: se va en búsqueda de una experiencia que excede lo que está en el plato.




  1. HAMBRIENTO COCINA. Gustavo (chef) y Virginia (pastelera) ofrecen un menú de varios pasos, a lo largo de cuatro horas, maridados con vinos de bodegas chicas. Al final, café y chocolate. El menú es a ciegas. Los propios chefs explican cada plato, para no más de 12 personas.



Si bien tienen punto fijo, cada tanto cambian de lugar: bodegas, galerías de arte, casas antiguas, talleres de muebles, casas de decoración. Hay mucho cuidado por la estética de la comida y del ambiente. Conseguir reserva puede llevar hasta dos meses.
instagram.com/hambrientococi…




  1. PLANTA BAJA. Francisco y Alejo, chefs con más de 20 años en el rubro, quisieron brindar un plan de excelencia en ambiente, cocina y servicio. El menú de 7 pasos juega con diferentes sabores, texturas y platos, que suben y bajan en intensidad en el momento de la degustación.



Prefieren atender pocos cubiertos, pero cocinar con pasión. «Es algo diferente, secreto, escondido donde cuando uno ingresa no sabe con qué se va a encontrar, y la sorpresa es brillante. Como si recibieras amigos en tu casa, pero con alto vuelo», dicen.
instagram.com/planta__baja/




  1. GULA CLUB. Sofía comenzó con un proyecto itinerante, donde se fusionaba la comida con música en vinilos, artistas visuales y DJs en casas particulares. Arrancó en una terraza con una muestra de arte, y ante la buena repercusión decidió convertir su casa en un restaurante.



«Nuestra cocina es real, honesta y simple, y sinónimo de arte y poesía hecha sabor. Para que cada comensal se lleve una grata experiencia; apuntamos a invitarlo a una escena teatral», detalla. Está en barrio Abasto.
instagram.com/gula.clubb/




  1. NINÚ RESTOHOME. Son tres hermanos en una casa familiar de Echesortu. Capacidad para 24 personas en cuatro ambientes con cocina a la vista y sin ruido. El menú: aperitivo, entrada, plato principal y postre, con agua y soda incluidas. Abiertos de martes a sábados, de 20 a 24.



Diego volvió de España hace 9 años y fue jefe de cocina de diferentes restaurantes. Cansado de esa rutina, quiso montar junto a su familia un lugar para invitar a que la gente se sienta como en su casa.
instagram.com/ninu.restohome/




  1. SECRETO. En Fisherton. Se especializa en las carnes a la parrilla. Ambiente campestre. En verano en un patio al aire libre, al borde de una pileta, y en invierno en galería techada con hogar a leña, a la luz de las velas. Verde, fuego y naturaleza. Capacidad: 16 cubiertos.



Gonzalo y Soledad tenían el bar Frida Kahlo. Se fueron un año a México, adonde también trabajaron en gastronomía, con el aprendizaje de cómo hacer el servicio y las nuevas necesidades de los clientes luego de la pandemia, montaron esta nueva experiencia.
instagram.com/secreto_fisher…




  1. CUADRA BISTRÓ. En Echesortu, empezó hace 11 años a puertas cerradas pero luego se convirtió en restaurante consolidado, con habilitación, que se maneja solo por reserva. Sin embargo, el espíritu y el formato sigue siendo exclusivo.



La comida «bodegón gourmet», como le dice el chef Martín Orell, es una propuesta diferencial. Y tiene una cava subterránea con etiquetas boutique digna de conocer.
instagram.com/cuadrabistro/


Esta fue mi experiencia personal. Probablemente se me haya escapado alguno, están invitados a colaborar con el hilo aportando los que no conozca. Las fotos son de Leonardo Vincenti. La nota completa con testimonios y detalles puede leerse en @lacapital.
lacapital.com.ar

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