ROSES es un lugar de hamburguesas que tiene varios locales y acaba de abrir el primero con salón en Pichincha (Alvear 14 bis). Hacen burgers smasheadas, las que se cocinan en plancha aplastando la bola de carne picada, que le da una textura crujiente y un interior jugoso.

Los dueños son tres hermanos y un amigo que es socio. El más grande, Nico (tocayo), tiene 28 años. Arrancaron en pandemia haciendo delivery. Anduvo bien y pusieron un local con take away. Hoy tienen cuatro: Pichincha, Centro, Alberdi y Fisherton.

Todos piensan que es Roses en inglés, como los Guns. Pero Rosés es el apellido de la familia, y el logo es el de una fábrica de caramelos de los años 60 que tenía un bisabuelo.

La familia es argentina, pero los tres hermanos nacieron en Estados Unidos y volvieron de chicos al país. Desde ahí trajeron el estilo smasheado y el sabor bien yanqui de la comida.

El local se instaló donde era Birra. Tiene mucha barra y mesas afuera, más tablones comunitarios. La música es original, cuando estuvimos sonaba funk y groove argentino. Va con el ambiente tenue del bar. Todo negro y blanco con luces cálidas y madera en un estilo garage.

La calidad de la comida es muy sólida. Nada está seco. Todo esta húmedo y tierno, tiene una textura atractiva y te da esa sensación que solo tiene el buen fast food, qué es «fácil de comer».

Las papas cortadas de forma ondulada estilo diner americano de los 50 son muy ricas. Las podés pedir con cheddar y panceta o solas. El papel a cuadros rojo y blanco que las acompaña apunta a la misma estética.

LO QUE COMIMOS
La BIGGIE BURGER (la de la foto enigmática). Triple medallón, doble cheddar, pepino, lechuga, cebolla morada, panceta y mayonesa ahumada. Impresionante. La mejor smashed que he probado en Rosario. Es como si la Big Mac escuchara música pesada.

PHILLY CHEESESTEAK. Pan de papa, cheddar x6 (leíste bien), entrecot y cebolla salteado. Me sorprendió que suele tener la carne desmechada y no, los pedazos son grandes y se pueden morder. Distinto, original. Riquísimo.

Algo a remarcar es que tienen una oferta veggie destacada. No te hacen una o dos opciones básicas, chotas. Te hacen cualquier hamburguesa que quieras pero con medallón Not Co, y se le pueden poner dos. Esto es lo que se merecen los vegetarianos.

Mi novia se pidio la HONEY BASTARD: doble medallón veggie XXL, queso muzzarella, coleslaw, honey mustard y dos aros de cebolla. Contundencia brutal. Es la primera vez que no se puede terminar una burger vegetariana.

También comimos los BITES DE ESPINACA Y QUESO. Ricos. Buena cantidad de queso adentro, sabor a verdura, no a procesado. Buena alternativa.

Síntesis: muy recomendado. Sin dudas en el podio entre los mejores de la ciudad. Suculento, con materia prima de calidad y buen gusto, con muchas opciones, burgers bien rellenas, ricas, voluptuosas, armadas con sentido común y un sabor bien norteamericano.

Cuando tiré la foto del enigmático, alguien comentó que las hamburguesas son «solo carne picada con queso». Pobrecito. La que se pierde.

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